Clase 02 - Apunte: Lo que era malo antes, ahora ¿es lo opuesto o viceversa?

Para trabajar en conjunto con la lectura del texto "No es natural", de MARQUÉS, Joseph Vincent, trascribo a continuacion una cita del Libro:
Imagen Personal, Profesional y Corporativa
Cómo mejorla, sostenerla y revertirla
Autor: Rosario Jijena Sánchez





Capítulo I - Pág. 60 y 61:
Lo que era malo antes, ahora ¿es lo opuesto o viceversa?

Si, cambia la escala de valores como ya hemos visto, cambian también los conceptos religiosos, filosóficos, tecnológicos, científicos. Tomemos como ejemplo, el Limbo. Toda mi vida como católica (concurrí a la Acción Católica y a un colegio de monjas y participé de lo que eran las creencias de hace unos 40 años) oí hablar del Limbo, del lugar "donde iban los bebés que habían muerto sin ser bautizados y... esa figura de los niñitos vagando eternamente me aterraba.
Después estaba el Paraíso, que era la antesala al cielo, sin embargo, para mí (como niña) y a mis amiguitas, esos conceptos nos causaban grandes temores, y ahora resulta que el Limbo no existe más.
Desde ya, que me parece que las religiones tienen que ir avanzando, adecuándose también al conocimiento del hombre. Sea como sea, el Limbo no existe más, no sé si era bueno o malo, pero, desapareció y otros tantos cambios que realizaron las religiones.
Y hemos visto a través de las culturas, modas, avances y a lo mejor también algún
retroceso.
Hace varios años cuando una mujer quería ser actriz, bailarina, escritora, cantante o una profesional, estaba "mal visto". Desde otro punto de vista, la idea de un bebé sano era que fuera "rollizo", lo que hoy sabemos hace daño a su salud, aunque por aquél entonces creaba una gran competencia y/o aflicción entre las mamas.
Ni que hablar de las relaciones prematrimoniales, casarse sin ser "virgen", quedar embarazada siendo soltera, en su momento era el escarnio de la familia, cuántas jóvenes eran echadas de la casa de sus padres por la "deshonra" que eso causaría si la gente se enteraba de su "estado" lo que obviamente iba a suceder. En otros casos eran llevadas a la casa de algún familiar, que vivía en un lugar lejano, al campo, a otra provincia. ¡Qué cambios! Ahora es normal, se sabe que el cuerpo necesita exultarse, que uno se enamora, que las caricias que hubieran resultado osadas ya son nada, que la pubertad comienza a menor edad, entonces lo que les pasa a los jóvenes es que a
veces su físico se transforma antes que su mente.
Durante años existió el Servicio Militar obligatorio, aunque actualmente ya no está en vigencia, pero... cómo no aceptar lo que era una obligación, que pudo haber sido placentera y formadora en algunos casos si se hubiera privilegiado la formación de carácter, el temple, la educación, la capacitación y no el estar al servicio de las
necesidades de terceros, superiores, en muchas ocasiones.
Antes, tener deudas era "mal visto", ahora por el contrario si no compramos a crédito y no utilizamos las bondades de los mismos, que nos permiten girar en descubierto de nuestra cuenta bancaria podemos correr el riesgo de ser mal vistos desde el punto de vista financiero.
Cambiaron las pautas de la educación, algunas podríamos decir que son una falta de respeto, pero, la generación nueva no lo ve así. Otra costumbre generalizada sobre todo entre los jóvenes y, a veces, no tan jóvenes es que en salidas compartan, el hombre y la mujer, los gastos de un restaurante, bar o paseo, lo que antes se hubiera tenido por una falta de caballerosidad.
Es difícil ser tan rígido y decir que una de estas actitudes es la correcta y la otra no, pero son modificaciones contra las cuales no se puede luchar. Antes los niños no comían con los mayores, no se les permitía hablar en la mesa, y ni que hablar de los docentes, eran indiscutidos dueños de la verdad. Los novios no podían salir solos sino debían estar siempre acompañados.
Que diríamos del Dr. Spock con toda su filosofía de la educación infantil que después reconoció no era la apropiada, pero tuvimos que esperar tres generaciones para saber si estaba bien o mal que un bebé comiera a toda hora o lo dejáramos llorar.